miércoles, 30 de mayo de 2012
Las Hlanderas
popularmente conocido como Las hilanderas, es un lienzo de Diego Velázquez, conservado en el Museo del Prado. Esta obra es de los máximos exponentes de la pintura barroca española y está considerada como unos de los grandes ejemplos de la maestría de Velázquez. Temáticamente es una de sus obras más enigmáticas, pues aún no se conoce el verdadero propósito de esta obra.Cuenta la leyenda que Aracne era una de las mejores tejedoras de toda Grecia. Era hija de un tintorero llamado Idmón y vivían en Lidia. Pero tenía un gran defecto, era en exceso vanidosa. De tal modo, le decía a todo el mundo que era la mejor tejedora del mundo. La gente, al observar sus obras, subrayaba su destreza. Cuentan que incluso las ninfas acudían a observar sus hermosos bordados. Recibía encargos de todas partes del mundo. De tal modo que Aracne cada vez se enorgullecía más y más de su trabajo, hasta que un día se comparó con la mismisima diosa Atenea, por ser diosa, a parte de la sabiduría, de las hilanderas. De tal modo que le lanzó un reto, para comprobar quien de las dos tejía mejor.
Atenea quiso darle una lección a Aracne, asi que aceptó el reto y descendió del Olimpo a la tierra en forma de anciana. Atenea le aconsejó que fuese más modesta y comenzaron el concurso. Ambas estuvieron tejiendo todo el día. Las dos estuvieron ilustrando en sus obras a los dioses. Mientras que Atenea los mostraba en todo su esplendor, Aracne se mofaba de ellos representándolos en episodios deshonrosos como locos y borrachos.
Ante esto, Atenea se enojó con la hilandera, golpeándola y rompiéndole el tapiz. Aracne, asustada, humillada y deshonrada huyó enloquecida de la diosa con la intención de ahorcarse de una viga del techo. Ante esto, la diosa se apiadó y le salvó la vida, pero como castigo, la convirtió en araña y la condenó a tejer por el resto de los tiempos.
Para algunos, no fue la deshonra a los dioses del Olimpo lo que llevó a Atenea a enojarse con Aracne, sino que comprobó que efectivamente la obra de Aracne era mejor que la suya. De tal modo que fue el orgullo de la diosa lo que la movió a convertirla en araña.
Aparte de esta,
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